Prólogo del libro
Todos tenemos algo que contar, cosas que nos han pasado,
que hemos visto, que hemos sabido o que, alguna vez, hemos sentido en
lo más profundo de nuestro corazón. El pasado es una fuente
inagotable de cosas que contar y la memoria un poderoso instrumento que
lo rescata; este es un libro que se nutre de la memoria, pero no es un
libro de “memorias” en el sentido exacto del término,
sino más bien de recuerdos, recuerdos de infancia en mi pueblo,
Navarrés, una localidad del interior de la provincia de Valencia
de poco menos de tres mil habitantes.
He escrito sobre la infancia por dos razones, la primera
es porque al hacerlo ha sido como revivirla de nuevo, aunque sea un poco,
y siempre es agradable regresar a esos lugares de la niñez donde
parece que se está mas cerca de la felicidad. La segunda razón
porque quisiera que estos relatos fueran como un pequeño homenaje
a las personas que han formado parte de mi vida durante la infancia: algunas
de ellas ya no están entre nosotros y a otras nos separa la distancia
y la propia existencia, pero unas y otras son capítulos importantes
de mi propia biografía.
Quiero advertir al lector que estas historias suceden
en el transcurso de los años 60 …¡del pasado siglo!
. por lo cual, el lector que conozca el pueblo, constatará que
muchos de los sitios, descripciones de paisajes y lugares que se citan
ya no existen, es lógico, han pasado cuarenta años desde
entonces y nada se resiste al tiempo, ni siquiera el paisaje. El lector
también encontrará relatos en los que se evoca, no sin cierta
nostalgia, situaciones que van desde la emoción que se experimenta
al descubrir la vida, hasta la tristeza por comprobar algo que se ha perdido,
pero también hallará que muchos de los relatos están
atravesados por el humor, es a fin de cuentas como la vida misma donde
se encuentran inseparables las penas y las alegrías.
Pese a que los relatos no siguen un orden cronológico,
sí están agrupados por temas, y los temas pueden situarse
cronológicamente, no obstante pueden leerse de forma aleatoria,
pues todos ellos fueron concebidos como relatos independientes.
Quizá las historias que cuento no fueron exactamente así,
pero así fue como las viví.
Vicente Blasco, Mayo 2003
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